sábado, 26 de mayo de 2012

Dicen Pura Vida

Así saludan, agradecen. Así responden a todo los “ticos” (como se les dice a los costarricenses). Fue desde el primer día en Costa Rica que sentimos la coherencia entre esa frase que tanto “predican” y el modo de vivir, lo que el país muestra: país verde, natural, abundante en naturaleza. Dicen que es el país más caro de Centroamérica, por eso pensábamos hacer un paso rápido, pero nos atrapó… ¿Nos atrapó el país? En parte, pero la pura verdad es que quienes nos atraparon fueron los ticos y su “pura vida”. 
   


Llegamos a Costa Rica con Seba (un viajero argentino) pasamos por la Costa Pacífica Sur, Bahía Ballena, después seguimos a la Capital: San Jose de Costa Rica, ahí vivimos 10 días en “La Sabana”, un super parque, hermoso, donde nos sentimos como en casa disfrutando del FIA: Festival Internacional de las Artes. El FIA nos dio muchos buenos momentos: poder ver al fin a Calle 13 gratis, poder vender muchas trufas, ver muchísimos espectáculos de arte gratuitos y conocer al fin a los chicos de la Paloma (Fede, Mudo, Chuno) y los de la Chancha (Pato y Nati), más locos argentinos viajeros que varias veces habíamos oído nombrar. Además nos reencontramos con El Halcón y sus tripulantes y con los chicos del proyecto miradas, por lo que nos transformamos en una enorme legión de argentinos viajeros reunidos allí. Coronamos con una choripaneada multitudinaria, regada con buen vino tinto.

Más tarde nos volveríamos a encontrar en Puerto Viejo de Limón, unos 10 días de pura paz en el medio de la selva, a metros del mar del Caribe Sur conviviendo entre 8 / 11 argentinos en promedio por día, con muuucha comida al disco.

 
Pero la Mas Linda no nos permitió ir desde San Jose, hizo de las suyas y nos dio la sorpresa de necesitar un “arreglito” en el motor. Cuando escuchamos que el arreglo se trataría de varios dólares y una semana de esperar nos pinchamos, enojamos, protestamos… creo que sólo por diez minutos, de inmediato entendimos lo que venimos aprendiendo en tanto viaje: todo es por algo. Así en esa semana llegamos a encariñarnos con Francisco, nuestro mecánico y Federico, otro doctor de la La Mas. Guille hizo un postgrado en cuestiones mecánicas, tuvimos el placer de conocer a Chepe, sus hijos y ahijadas, a Christian y aprovechamos también para hacer todos esos arreglitos que siempre esperamos a tener tiempo para hacer. Antes de irnos compartimos unas cervezas con Fede y Christian, una clase de Tai-Chi con Francisco, maestros de la sencillez y la humanidad. Compartimos un almuerzo con Chepe, el primero en introducirnos al mundo del “casado” (plato típico costrarricense) y nos sorprendimos cuando golpearon la puerta a las 7 am, Chepe como muchas otras veces nos traía pancito de desayuno y dos señores que frecuentaban el taller nos traían una parrilla a medida para colocar en el techo de La Mas!!! La historia para LaMasLinda cambiaría para siempre, por fin los “chunchos” (como les dicen a las chucherías) y las tantas latas de pintura encontrarían su lugar. Un mes y un poquito después de entrar al país llegamos a Fortuna, despúes de pasar a rencontrarnos por La Virgen de Sarapiqui con dos viejos amigos del viaje: Johan y Kaity, un tico y su novia de los Estados Unidos con quienes venimos cruzando camino desde Chile, Perú, ahora Costa Rica y esperamos más!!! Ellos nos abrieron las puertas de su casa, sencilla, color azul, pequeña, ideal, con un gran ventanal desde donde disfrutamos de la riqueza en variedad de aves del país. La poza Azul fue un premio hecho cascada luego de una larga caminata por el rio, en una traveia muy divertida. Desde el momento que llegamos a Fortuna sucedió todo de la mejor manera que podía ocurrir. Conocimos a Oscar y Cris las horas antes que fueran a vivir a los Estados Unidos, compartiendo una tarde de mates y charlas bien bien a lo argentino. Y después empezó un capítulo especial en la historia de su viaje latino, un capítulo que merece una entrada más al blog, que abunda en detalles, recuerdos, colores, grandes personajes. Un capítulo de aprender, crecer, compartir y volver a confirmar la idea de que la vida es un ciclo y lo que va, viene, la otra idea de que, por suerte, en el mundo abunda más la gente de buenos corazones…