viernes, 6 de diciembre de 2013

Lo mejor de un viaje

Desde la última vez que escribimos en el blog pasaron tres meses y MUCHAS, realmente MUCHAS cosas…




Bajamos por Centroamérica
Visitamos amigos: otra vez nos sentimos como en casa!
Confirmamos que “los Rodriguez” son y serán nuestra familia Chapina,
que en Honduras contamos con dos grandes amigos: Maria y Adan
que en la Fortuna tenemos una banda de amigos HERMOSOS, cada uno bien distinto, cada uno bien UNICO…
También conocimos (aunque de modo veloz) nuevos países como El Salvador y nuevas amistades como a Tonito en Guatemala, 

Lamaslinda se rompió,
Guille se enfermó,
Logramos dejar una huella de color en Guatemala,
Probamos tiburón, pupusas Salvadoreñas, volvimos a tomar cafecito Chapin, el pastel de yuca de Doña Gloria y las delicias de Doña Maritza
Conocimos Bocas del Toro,
Llegamos a tiempo a Panama
Conocimos a dos lindas personas: Armin y Tania, de alemania
Cruzamos camino (mates y guitarreada) con Nati, Lucas y la Ñata (hasta entonces amigos virtuales)
Lamaslinda volvió a navegar el Mar Caribe dentro de un contenedor,
Volvimos a pisar suelo Sudamericano,
Regresamos a la hermosa Cartagena,
Volvimos a Santa Marta por segunda vez…
Hicimos en un dia de avión lo que hace años habíamos hecho con paciencia a 70 kilómetros por hora,
LLEGAMOS A ARGENTINA!... Y DE SORPRESA!!!!
Disfrutamos del inolvidable casamiento de la Luli y Esteban
Comimos mil asados y cosas ricas, de esas que son bien nuestras y que tanto se extrañan estando lejos
Abrazamos a nuestros amigos una y mil veces
También tuvimos visitas en Argentina: el Quile desde Colombia, bebe y Sole desde Córdoba, y conocimos otro amigo "virtual", futuro viajero, Juan Gabriel...
Abrazamos mil veces mas a nuestros amigos a nuestra familia y...
Nos volvimos a despedir...
Volvimos por tercera vez a Santa Marta, Colombia…



Todo eso??? Y como llega uno a hacer tanto en tan poco tiempo? Quien sabe o como dicen: el que quiere puede. Y nosotros queríamos volver a Centroamérica porque, si bien es real la posibilidad de enviar la kombi desde puerto de Veracruz (México) a Cartagena (Colombia) por el mismo precio que desde Panamá a Cartagena, evitando bajar por tierra, justamente eso es lo que no queríamos evitar sino que sentíamos una necesidad muy grande de volver a ver a nuestros amigos de Centroamérica. Porque, en definitiva para nosotros, lo más lindo y lo más grande de viajar son las amistades que uno siembra en los nuevos países, la gente que a pesar de la diferencia de culturas te llega al corazón y te abraza como si siempre te hubiese conocido. Te genera esas ganas de volver a verlos y sentirte como en casa y en familia.
Por otro lado había surgido algo que cambiaria nuestro modo de pensar, el casamiento de dos grandes amigos nos harian evaluar la posibilidad de volver a Argentina a pesar de nuestra voluntad de nunca regresar sin Lamaslinda andando.
Un mes en Argentina resulto poco, no llegamos a sentarnos tranquilos y tomar mates con largas charlas al lado de cada persona querida, no alcanzamos a hacer todas las cosas que planeábamos pero nos dejo la tranquilidad en el corazón de que “los de siempre” son los de siempre, están alla, esperando a un nuevo abrazo.

Volver no fue difícil ya que teníamos que reencontrarnos con nuestra Maslinda y contamos con muchos planes en la cabeza: pintar en Colombia, Venezuela, Cuba (quien sabe), Brasil, Uruguay, Paraguay… festejar y vivenciar un mundial, de cerca; cruzar el amazonas, etc etc etc.
Desde Palomino, un pequeño pueblo Colombiano compartimos días con amigos del viaje, nuevos amigos: Ana, Ser…. Los abrazamundos… compartimos días planificando el que será nuestro nuevo mural, esta vez Colombiano.
Hoy ya en Colombia, ya no miramos mas al norte, Lamaslinda apunta al Sur y esa es una sensación rara después de meses que fueron años con una meta alla arriba, en México. Hoy, casi pisando suelo Venezolano, mucho mas cerca de “casa” o del lugar que nos vio nacer, miramos hacia atrás y vemos unos últimos meses intensos, de muchas emociones. Nos reencontramos con gente muy querida: de esa que nos acompaña desde la infancia y de la que conocimos en el viaje. Nos damos cuenta que el estar viajando nos abrió muchas puertas y no solo nos permitio conocer nuevos paisajes, otras culturas, diferentes modos de pensar…. Además nos regaló lo mas lindo: las amistades.

martes, 13 de agosto de 2013

Lo mejor del mundo es la cantidad de mundos que contiene

Recorrido total del país de México

  Como decíamos en la publicación anterior comenzamos a movernos nuevamente, y de qué manera! Salimos del DF con todas las pilas rumbo a la Huasteca Potosina, motivadísimos por recomendaciones de amigos y fotos que habíamos visto de alguno de sus paisajes. Luego de muy altas montañas y una noche en Jalpan, un pueblito hermoso y montañoso que nos recibió muy hospitalariamente, disfrutamos de aquella zona con mucho placer; rodeados de mucha vegetación verdísima y mucha agua paseamos por Xilitla nadando en sus pozas y caminando por el castillo que un europeo loco construyó en el medio de la montaña; acampamos cerca de la cascada Tamul a orillas de un río de aguas turquesas increíbles; visitamos el Sótano de las Golondrinas, que es un agujero de 60 mts de diámetro y 500 de profundidad en el que por la mañana y las tardecitas las golondrinas, cotorras y algún que otro murciélago dan un espectáculo único; recorrimos la Laguna de la Media Luna formada por muchos arroyitos de agua cálida y transparente y de la que nos evacuaron ante el repentino surgimiento de un incendio forestal. Visitamos un par de comunidades en las que intentamos pintar pero en las que no pudimos por estar finalizando el ciclo lectivo.
Castillo de Edwar James, Cascada de Tamul, Real de Catorce, Camino a Margaritas

  Seguimos subiendo a buen paso hasta Matehuala, donde atravesamos el Trópico de Cáncer siguiendo una ruta seca y repleta de cactus, y llegamos a Real de Catorce, un pueblito mágico como pocos, un lugar aislado de todo al que para llegar es necesario viajar 20 km de empedrados en subida y atravesar finalmente un antiguo túnel de 2 km. Un pueblito semidesértico, rodeado de montañas y nubes donde cada metro es un paisaje que amerita ser fotografiado. Allí tampoco pudimos pintar debido a que no está permitido alterar las fachadas de las casas ya que se busca mantener ese aire antiguo, colonial característico de tantos poblados mexicanos.
  Ese fue nuestro punto más al norte, lo más lejos que estuvimos de Argentina, ya que si bien la idea original era llegar hasta Tijuana, la ciudad latina que más lejos estaba de nuestro país, decidimos cambiar de planes y comenzar el descenso (regreso es una palabra que nos cuesta mucho y vamos a tratar de utilizarla lo menos posible) por varios motivos, entre ellos la gran cantidad de km con el consecuente gasto en combustible, los peligros de las rutas poco transitadas por esas zonas y proximidad cada vez mayor del mundial en Brasil. Fue muy difícil dejar de mirar al norte, estando tan ahí las ganas de seguir se hacen más y más fuertes pero fue una decisión conjunta de la que no estamos arrepentidos para nada. Ya habrá una nueva oportunidad de investigar esas zonas.
  Pasamos por poblados áridos como Wadley y Margarita, conocidos por el peyote que crece en sus alrededores; llegamos a San Miguel Allende por un par de días en los que recorrimos sus hermosas calles adoquinadas y admiramos grandes iglesias y casonas coloniales, visitamos sus parques y alrededores. Anduvimos por Guanajuato, increíble ciudad llena de túneles y puentes, que podría haber sido de nuestras favoritas en México, salvo porque luego de visitar la casa/museo de Diego Rivera fuimos robados (nos abrieron la camio y se llevaron nuestra compu con fotos, trabajos y demás). 

Callecita y Catedral de San Miguel de Allende, Calle subterránea en Guanajuato

   Una noche en Querétaro para regresar al DF a ser mimados por nuestros amigos, al punto de recibir una computadora que los chicos de Proyecto Miradas no usaban y que hoy en día nos salva las papas (como siempre decimos todo lo que va, viene,  por ello es importantísimo siempre hacer el bien); festejamos el cumple de Marielon y partimos rumbo a Oaxaca por una ruta impresionante, rodeada de montañas impactantes, muy distintas unas de otras.
En Oaxaca conocimos a Jhonatan, un argentino que está allí hace un tiempo con su familia y con el que compartimos unas cuantas charlas. Allí sí pudimos pintar nuestro mural mexicano, el Nº 11 en lo que va del viaje, y nos alegró muchísimo poder hacerlo ya que es una ciudad muy cultural llena de arte por todas partes. 

Nuestro mural en Berriorizabal 109, Oaxaca

  Llegamos justo para la Guelaguetza, un festival anual enorme en el que hay eventos por 10 días seguidos así que mientras pintamos pudimos disfrutar de recitales (entre ellos el de Lila Downs), desfiles, comidas típicas y los infaltables mezcalitos. 


Festejos de la Guelaguetza, Oaxaca

    Por si fuera poco festejamos el día del amigo con Majo y Lucho, nuestros entrañables amigos de Kombi Sudaka a quien no veíamos desde Máncora, dos años atrás. La gente de Oaxaca fue pura amabilidad con nosotros, comprando artesanías, dándonos 
agua, prestándonos un baño, felicitándonos por el mural. Visitamos Hierve el Agua, un lugar muy lindo donde cascadas de agua se fueron petrificando hasta transformarse en cascadas quietas; pasamos por Mitla a buscar más mezcal y salimos todos juntos rumbo a la costa, llegando a Puerto Angel luego de un día largo de manejo, con mil curvas, subidas, bajadas y cambios de clima constante. 


Armamos rancho con las combis en Zipolite, Puerto Escondido y Huatulco, siempre encontrando mucha amabilidad en la gente y paisajes espectaculares de barrancos, mucha vegetación y un Pacífico transparente y hermoso con muchas olas. 

Playa Carrizalillo en Puerto Escondido y Playa Arrocito en Huatulco

  Pollo asado, pescado a la plancha y a la parrilla, guiso de lentejas fueron algunos de los platos con los que nos deleitamos; noches de charlas y hasta bailongo bajo un árbol a la luz de las combis con trencito incluido (comandado por Laika, la perra de los chicos) hicieron de esos días unas semanas muy alegres y distendidas. Metiéndole mano a Lamas que nos sigue hacer renegar, pescando y tejiendo festejamos el cumple de Lucho y nos despedimos quien sabe hasta cuándo y dónde, rumbeando por el momento en sentidos contrarios. 

  Fueron 11 meses en México y dejar el país nos costó mucho, se sintió en el corazón… dejamos muchos amigos, nos reencontramos con otros que extrañábamos y sin duda aprendimos bastantes cosas.  
  Ahora Lamaslinda mira al sur desde Guatemala,  felices como si hubiésemos vuelto a casa…pero eso es para la próxima entrada. 

sábado, 29 de junio de 2013

Ciudad Capital!!

Un día Lamaslinda (nuestra camioneta) dijo basta y no llego si quiera a Puebla, lugar donde teníamos conocidos y podíamos arreglarla. En México hay dos tipos de rutas: las de cuota (autopistas donde se pagan peajes carísimos, los caminos son amplios y muy bien cuidados) y las libres (donde no se paga nada y los caminos están bastante bien, solo que las carreteras no son anchas y se atraviesan muchos pueblos, el camino se vuelve más lento). En las autopistas ante una avería del auto se puede recurrir a un servicio de grúa gratuito y para nuestro alivio ese día estábamos transitando increíblemente por una autopista. No la pasamos nada bien, y tuvimos como siempre la mano de gente única en el camino que nos ayudó como si fuéramos sus hijos; un mecánico que dio todo lo que pudo para asistirnos de modo rápido y efectivo, todos sus vecinos dándonos cariño y distrayéndonos del mal momentos con charlas y preguntas… pero Lamaslinda solo llego en grúa, ya sin aliento. 

A esa altura teníamos todo tipo de ideas por la cabeza: hasta venderla! Pero después de un mes y medio super intenso con mil y una anécdotas (multicolores, buenas y malas) tuvimos a nuestra camioneta arreglada por fuera y por dentro. En Puebla además de tratarnos de la mejor manera posible, el Borrego (Cristian, un chico de nuestra edad) se puso a la par nuestra a trabajar en Lamaslinda como si fuera suya! El junto a su novia Muthza y su familia nos dieron una mano enorme y juntos compartimos noches en La Pulkata, comidas típicas, explosiones del volcán Popocatepetl y cuidado de perros intensivo.


Llegamos al DF cansados pero felices, con mucha ansiedad por ver a nuestros amigos del Halcón por Latinomérica pero pensando en partir a la brevedad por lo poco que nos agradan las ciudades grandes. Y, si hablamos de ciudades grandes, el DF merece un premio! Pensábamos que sería agobiante estar allí, siendo una de las ciudades más grandes del mundo, pero entre tanta inmensidad uno no llega a entender las dimensiones, el sistema de transporte funciona de maravillas  permitiéndote recorrer todos los puntos de la ciudad (por debajo en el Metro y por arriba en el Metro bus) y por suerte se conservan hermosos y amplios espacios verdes.

Reencontrar a Mari y Samu, los “padres” del Halcón (un Falcon único que los trajo desde Argentina y compartió momentos y travesías con nuestra camioneta) fue como sentirnos en casa! El poco tiempo se convirtió en un mes, pasamos un cumpleaños en su casa que ya la sentíamos como nuestra, jugamos, charlamos, paseamos por la ciudad…
En el DF hay mil cosas para hacer y si es en buena compañía: mejor!  Así que con estos amigos dimos las vueltas que pudimos por la ciudad llevándonos muchos buenos recuerdos, aprendiendo un poco de todo y con ganas de poder volver.  Como si fuese poco a la última semana se sumaron Belu y Jorge, dos cordobeses que andan en un Citroen (la Flecha Negra) haciendo espectáculos de títeres, unas bellezas de personas. Así que entre los 6 hicimos un buen equipo también!




Para tener un rápido pantallazo del DF, al menos ante nuestros ojos, nuestros consejos son estos:

Movilidad: guardar el automóvil lo más rápido posible! En el DF existe “pico y placa” (determinados días los vehículos con patentes terminadas en ciertos números no pueden circular por la ciudad) y el transito es un caos (mas en horarios de entrada o salida laboral).
Sin embargo con el Metro (subte) y Metro bus (colectivo) se puede llegar a cualquier sitio (hasta el aeropuerto) por $3 (pesos mexicanos) cada viaje. En internet se puede consultar también los recorridos de las líneas!
http://www.metro.df.gob.mx/
Zócalo: es el centro de la ciudad de México. El Zócalo ha sufrido grandes cambios a lo largo de la historia, sus edificios han sido demolidos o remodelados varias veces. Así mismo, con una arquitectura bellísima fue construido sobre un antiguo lago y se observa hoy en las catedrales pruebas de su continuo hundimiento.
¿Cómo llegar? Metro línea 2, estación Zócalo.
Palacio de Bellas Artes: Vale la pena al menos verlo por fuera y por dentro en la planta baja. En la planta superior se encuentran murales de Siqueiros, Orozco, Rivera, Camarena. Costo entrada: $43. Domingos gratis para extranjeros y mexicanos. Queda muy cerquita del Zócalo.
¿Cómo llegar? Metro línea 2, estación Metro Bellas Artes.
http://www.palacio.bellasartes.gob.mx/
Poliforum: Mural de Siqueiros. Mural enorme, según dicen el más grande del mundo  (aunque nosotros vimos uno mucho más grande en Trujillo Peru), se puede observar mientras una plataforma gira. Entrada $15 (pesos mexicanos). Horario:10 a 18 hs.
¿Cómo llegar? Estación MetroBus Poliforum. Estación Metro: Línea 3, estación Eugenia. Línea 7, estación San Pedro de los Pinos.
http://www.polyforumsiqueiros.com/
Museo de  Antropología: Increíble museo. Imperdible. Está situado dentro del Bosque de Chapultepec. Toma mucho (realmente mucho) tiempo recorrerlo. Como consejo es posible salir a descansar y comer algo, luego se vuelve a ingresar con la misma entrada. Costo entrada: $53. Domingo gratis para mexicanos (o extranjeros con FM3). Horario: 9 a 19 hs.
¿Cómo llegar? Estación Metro Auditorio (luego se caminan unas cuadras).
http://www.mna.inah.gob.mx/
Basílica de Guadalupe: para creyentes y no creyentes. Más allá de la religión es un sitio digno de visitar, lleno de paz y muy atractivo por sus iglesias y paisajes. Para quien cree, la virgen de Guadalupe es muy venerada en todo México y muy conocida por sus milagros y apariciones. Hay varias capillas, muchas explicaciones sobre sus apariciones y más mercados donde comprar artículos relacionados a la virgen. Al igual que en el Zócalo es increíble ver las maravillas a nivel arquitectónico así como cada una de ellas con riesgos de derrumbes y hundimientos.
No se paga entrada. Todos los días de 6 a 21 hs.
¿Cómo llegar? Estación del Metro: la Villa Basílica
http://www.virgendeguadalupe.org.mx/
Bosque de Chapultepec: parque situado en la delegación Miguel Hidalgo. Cuenta con dos lagos artificiales, varios monumentos, fuentes, zonas para hacer deportes, varios museos para visitar (Museo de Antropología, Museo de Arte Moderno, Museo del Caracol, Museo Tamayo de arte contemporáneo y el Castillo de Chapultepec) y un zoológico de entrada gratuita.
¿Cómo llegar? Metro: Línea 1, estación Chapultepec y Línea
Casa Azul de Frida Kahalo: es la casa donde Frida nació y vivió la mayor parte de su vida. Ubicada en el barrio de Coyoacan, es imperdible, al menos en nuestra opinión. Costo de la entrada: $80 (el boleto incluye la entrada al Museo Diego Rivera Anahuacalli). Horarios: martes de 10 a 17:45 hs, miércoles de 11 a 17:45 hs, jueves a domingo 10 a 17:45 hs.
¿Cómo llegar? Calle Londres 247. Metro: Línea 3, estación Coyoacan.
http://www.museofridakahlo.org.mx/
Museo estudio Diego Rivera y Frida Kahalo: ubicada en San Angel. Son dos casas donde vivieron los dos aunque comunicados por un puente. Costo de la entrada: $12. Horario: de martes a domingos de 10 a 18 hs.
¿Cómo llegar?: Calle Diego Rivera s/n esquina Altavista, colonia San Angel.
Metro: Línea 7, estación Barranca del Muerto.
http://www.estudiodiegorivera.bellasartes.gob.mx
Ruinas de Teotihuacan: son realmente imponentes. Es ideal visititarlas todo el día por lo que es recomendable llevar algo para almorzar, aunque en el lugar hay comida y bebida y según dicen no permiten el ingreso de alimentos. Tambien es bueno llevar algun tipo de protección solar, casi no hay sombra. Horarios: el museo se puede visitar de 8 a 17 hs
¿Cómo llegar?: están ubicadas a aproximadamente 40 km al noreste de la ciudad de mexico. Se puede llegar tomando un bus desde la terminal norte, por $40, hasta la puerta de Teotihuacan. La entrada a las ruinas es de $57 e incluye el ingreso al museo.
http://www.teotihuacan.inah.gob.mx/
Estadio Azteca: si querés emocionarte hasta las lagrimas con un rectángulo de césped y paredes de concreto llenas de magia no podes dejar de visitar el estadio. $80 la visita guiada q te lleva por tuneles, vestuario, cancha y tribunas. Todos los días del año desde las 8hs hasta las 18hs.
¿Cómo llegar?: Parada Estadio Azteca del Tren Ligero, que se toma en la parada Tasqueña del metro.
http://www2.esmas.com/estadio-azteca/
Cineteca: para ver películas a menor costo se encuentran las cinetecas, se pueden localizar las sedes según la zona. Los costos varian entre $25 y $40 pesos mexicanos.
http://www.cinetecanacional.net/
Compras
Ciudadela: una feria grande con artesanías típicas de México. 
¿Cómo llegar?: Balderas esquina Jose morelos. Metro línea 1 y 3, estación Balderas. 
Paseo de los artesanos: topara comprar algunas artesanías y materiales para hacer artesanías. Calle Uruguay
¿Cómo llegar?: llegando al Zócalo, (Metro línea 2 estación Zócalo) sobre calle Uruguay entre 5 de febrero e Isabel la Católica.
Tianguis Chopo:
Feria de ropa de rock y similares, se encuentran cosas muy lindas.
¿Cómo llegar?: MetroBus estación Buena Aventura.
Tianguis Pino Suarez:
todos los días se puede encontrar ropa, cosas de librería y otras cosas a bajo precio y los días DOMINGOS se puede encontrar también una feria de ropa usada.
¿Cómo llegar?: Metro línea 2 estación Pino Suarez.
Tianguis Santa Marta: sdías miércoles.Se puede encontrar de todo, realmente de TODO.
¿Cómo llegar?: Metro línea A, estación Santa Marta.




Después de dos meses y medio (interrumpidos) de sedentarismo y finalmente con Lamaslinda en buen estado estamos listos para seguir camino y volver a la vida nómade, la vida el camino… en la que hacen falta menos cosas y se valora lo esencial. Cada vez que nos “sentamos” a vivir un rato como los demás, viendo sus tiempos, sus horarios, su prisa, nos damos cuenta que nos contagiamos y empezamos a tener más “necesidades”. Espesamos a acumular más cosas, a tentarnos ante las ofertas de consumo y ahora al volver a la camioneta nos encontramos necesitando verdaderamente la mitad o menos de todo eso que al estar en el día a día de las rutinas de las ciudades todos creemos necesitar.
Seguimos camino con muchos planes y deseos en los próximos kilómetros, con Lamaslinda renovada con nuevos colores y dibujitos hechos con amor, con el corazón contento de haber encontrado a Mari, Samu, Lali (otra viajera hermosa que visitarmos en el Df) los Wawas (Belu y Jorge) y volviendo a la vida del camino a ver mapas, a conocer cosas nuevas a compartir con gente desconocida, a llenar la cámara de foto y el corazón de buenos recuerdos...



lunes, 15 de abril de 2013

¿Tengo mucho o no tengo nada?


De todos los países de Latinoamérica, Cuba nos generaba una intriga especial y unas ganas enormes de estar ahí y vivir su realidad desde cerca para sacar una conclusión de lo vivido. Después de recorrer la isla un mes, de enamorarnos del país, de conocer cosas positivas y negativas, podemos sacar mil conclusiones pero no podemos estar ni en contra ni a favor, solo podemos entender a Cuba y su gente como únicos en el mundo.  



Pudimos vivir del modo más cubano posible y en esa cubaneidad, en tantas charlas compartidas encontramos cosas maravillosas y admirables, verdaderos logros de aquella Revolución que no se olvida desde enero de 1959. En Cuba nadie muere de hambre! El estado le da a cada ciudadano una libreta para tachar alimentos básicos por mes. Sí, es bastante miserable la cantidad pero nadie muere de hambre y “por la libre” comprar alimentos es super barato!. En Cuba la educación y la salud son gratuitos y se palpa al hablar con la gente que en su mayoría es muy culta (nos pasó de estar almorzando al paso y un obrero que se nos acercó con curiosidad inició una charla donde sin dudas sabía más de argentina que nosotros).

En Cuba no hay contaminación visual de carteles y más carteles ofreciendo cosas para comprar (aunque cada vez son más los productos que “entran” a la isla para tentar a los cubanos a gastar sus escasos billetes en nuevos sabores de otros países como bonobones Arcor, helados Nestlé, etc., etc.). En la isla en lugar de grandes carteles publicitarios hay carteles con frases que hablan de la Revolución, reviven al Che, apoyan  al socialismo, citan a Fidel.
 

En Cuba, los cubanos, personas que a pesar de la nostalgia por no poder salir de la isla o elegir con libertad no pueden lograr discimular sus sonrisas, dicen que si pudieran salir (porque ahora “pueden” pero les faltan permisos y dinero) volverían a Cuba, elegirían su país… porque AMAN su país.
 
Y sí... es un país que huele a tabaco y sabe a café y ron, donde se respira seguridad y se camina al ritmo de quien pasea, nunca se le niega el buen día y las buenas noches a cualquier vecino y en las calles no faltan las charlas y el dominó… en Cuba no existen las armas de fuego, y eso es IMPAGABLE!



Pero claro, nada es perfecto y en Cuba menos. Nada es fácil, tomar una “guagua” (bus) lleva su tiempo y pasos, ganar dinero significa ideárselas para conseguir moneda tras moneda y ningún sueldo da ganas de pasarse la vida trabajando (no superan los 30 dolares quizás). Las trabas son muchas, conseguir dinero cuesta muchísimo y aun con dinero no todo es libre, por ejemplo: un carro no les está permitido a todos, o un médico especializado no puede poner su propia clínica… crecer, evolucionar, progresar… son palabras que en Cuba tienen otro color y sabor.

Así es notable como las nuevas generaciones se “tientan” viendo las cosas que llegan de afuera, las cosas de marca, las que muestran los pocos canales de Tv o las que algún familiar que “está afuera” les puede enviar. Y así van empezando en algunos casos a darle más valor a esas cosas que se compran y te hacen ser “más que el de al lado” olvidando la igualdad, olvidando lo más valioso que ellos tienen: alimento, techo, salud y educación para todos.

Un día un señor nos dijo: Lo que pasa en Cuba es un problema generacional, a mis padres la Revolución les dio un par de zapatos, literalmente, porque ellos no tenían qué ponerse en los pies. Yo en cambio nací con un par de zapatos y ahora se me esta rompiendo, me están quedando chicos, y quiero otro! Y ni hablar de mis hijos, y los que serán mis nietos… ellos ni se acuerdan de la Revolución, no saben lo que es eso.
De punta a punta,llegando hasta el Oriente Cubano donde está la primer ciudad fundada por los españoles, tuvimos a suerte de conocer Viñales, La Habana, Varadero, Santa Clara, Trinidad, Cienfuegos, Santiago de Cuba y Baracoa. Contactos, datos, recomendaciones tenemos miles para quien las necesite al viajar! A nosotros todos nos aconsejaron llevar cosas para regalar ya que en Cuba son muchas las necesidades y la gente es muy agradecida al recibir cosas como shampoos, dentífricos, bolígrafos, ropa, etc. Lo que nadie se acordó de decirnos es lo que Aristides nos explicó en breves palabras: "Los cubanos no damos lo que nos sobra, compartimos lo que tenemos", es que los cubanos a pesar de esas necesidades abren su corazón y tienden una mano al de al lado.

 
 
Ante nuestros ojos ningún sistema es perfecto y mientras en Cuba hay más justicia en el
resto de los países hay más libertad. Al salir de Cuba con esa libertad que gozamos elegimos que en nuestro pasaporte figure el sello cubano que recuerde nuestro paso por ese maravilloso e intenso país. Es una elección, ya que al entrar y salir de Cuba la visa va en un papelito a parte… es que sino para los extranjeros que tienen un sellito Cubano en su pasaporte la entrada al señor Estados Unidos se vuelve más difícil… 

Al llegar a Playa del Carmen nos recibió Maicol, un amigo uruguayo que además de cuidar nuestra "mas linda" al ausentarnos, nos abrió las puertas de su casa, nos hizo sentir de la mejor manera y nos despidió junto a Bebe, Sole, Ger, Dani y Ricki con un gran asado al mejor estilo argentino... regado en fernet!

Ahora volvimos a la vida en las carreteras, tomando mates, leyendole al Guille algunos libros mientras maneja, escuchando Dolina, disfrutando de los paisajes. Los primeros kilómetros de esta nueva etapa viajera los compartimos con Bebe y Sole, conocimos Merida, disfrutamos de un cenote y fuimos prolongado la inevitabe despedida, que sucedió al fin y al cabo dejandonos el sabor de unos abrazos muy fuertes, muy sentidos con promesas de volver a cruzar caminos... 



miércoles, 27 de febrero de 2013

Fue sin querer queriendo!



 Dijo el Chavo, y así como así se pasaron casi 6 meses desde que entramos a México.

 Un año nuevo nos recibió con muchas visitas más de familia y amigos que aprovechamos al máximo; unos hermosos días en familia con Marina, Cleu, Delfi y Jochi, otros tantos con el amor materno de la Ceci, algunitas noches con amigos de siempre que llagaron de sorpresa, todos acompañados religiosamente de fernet y yerba. Su presencia nos cargó las pilas de olor a casa y abrazos y risas conocidas, cálidas y nuestras.


 Con la excusa de renovar la visa de Lamas acomodamos un par de cosas en la camio (un poco de agua, fruta y fideos) llenamos el termo y tempranito salimos a la ruta rumbo a la frontera con Belice. Mantenernos tanto tiempo en un mismo lugar no es usual para nosotros  y ya empezábamos a necesitar con ganas movernos un poco, salir a pasear en busca de cosas nuevas por conocer. No hay nada más lindo que tomar unos mates mientras manejo y la rubia me lee un libro.

 Previa parada a almorzar en Bacalar, pueblo q no deja de asombrarnos por la belleza de su laguna, llegamos a la frontera en las afueras de Chetumal pasado el mediodía. Para obtener nuevamente 6 meses de estancia necesitábamos salir de México por lo menos 3 días… o pagarle al agente migratorio 1500 pesos cada uno, algo así como 120 dólares por persona. No teníamos apuro ni ganas de darle ese dinero a ese señor, por lo que nos adentramos curiosos en este pequeño país centroamericano.

 Según nosotros Belice no forma parte de América Latina, ya que principalmente hablan inglés. Sin embargo su variedad cultural y étnica, lleva a que entre los apenas 350.000 habitantes que hay en todo el país coexistan grupos indígenas, españoles, negros, ingleses, alemanes menonitas, turcos y chinos desparramados por todo el país lo que hace que en algunas regiones, además de inglés se hable español, en otras kriol, en otra alemán, en otra garífuna que es una mezcla  de idiomas caribeños e inglés. Por eso no es raro ver pasar en bici a un chino medio negrito con rastas hasta la cintura.

 Su atractivo natural también es enorme, ya que cuenta con gran cantidad de ríos que atraviesan todo su territorio hasta desaparecer en el mar; posee una de las barreras coralinas más grandes del mundo, islas paradisiacas como la que Madona le dedicó una canción, un agujero azul en medio del mar que, según dicen los de por ahí no tiene fondo y es excelente para bucear; largas y blancas playas, ruinas mayas en medio de la selva…

 Nada de esto vimos nosotros.
 Sin embargo pudimos disfrutar de un mar cuasi laguna que era un espejo solo para nosotros, con el agua que no llegaba a ser ni dulce ni salada debido a que dos rio desembocaban cerca de allí. Nuestra estancia en Belice se redujo al pequeño poblado Consejo Shores a escasos kilómetros de la ciudad de Corozal, cerca de la frontera mexicana. Corozal y Consejo Shores son dos lugares totalmente distintos ya que mientras el primero es una ciudad pobre, fea, abandonada en la que habitan beliceños que hablan un poco de español, la segunda viene a ser como un barrio residencial en el que se instalaron jubilados estadounidenses luego de comprar todas las tierras a orillas del mar. Allí construyeron sus casas con enormes jardines de césped impecable que llega hasta la calle (que muy inocentemente se llama Calle del Contrabando) por la que salen a caminar o en bici, pasear al perro y saludarse.


 Un viejito piola nos indicó donde podíamos estacionarnos para dormir, un parque verde y arbolado a orillas del mar, y como estaba oscureciendo preparamos una cenita y nos tiramos a ver las estrellas que estaban en su esplendor máximo gracias a la ausencia de luz artificial en las calles. Pasamos unos días muy relajados allí, siendo observados por viejitos intrigados y preocupados por nuestra presencia en el lugar. Yo creo que todos vinieron a preguntarnos quien nos dio autorización para estar allí, y de paso a chusmear un poco. Mientras tanto, nosotros desarrollábamos actividades amenazantes y subversivas del tenor de: jugar a las cartas, nadar, leer, jugar vóley y hacer artesanías. 

Finalmente las autoridades del lugar se hicieron presentes con traductor y todo,  lo que más les intrigaba era como habíamos descubierto ese lugar; mirando un mapa señor! Luego de examinarnos  determinaron oficialmente que éramos inofensivos y que la inseguridad que los vecinos sentían por nuestra presencia no tenía fundamento. Sin embargo estamos seguros que todo el vecindario respiró aliviado cuando vieron partir despacito a Lamaslinda Viajera y pudieron regresar  al fin a sus trotes, paseos en bici, juntar la caca al perro y saludarse.

 Nos quedamos con ganas de conocer el resto de Belice, ya que los pocos habitantes de Corozal con los que hablamos nos pareció gente muy amable y cordial. Sin embargo preferimos ahorrarnos ese dinero para la frutilla del postre, el dulce de leche del bombón escocés:
C U B A!!!
Proximamente
Solo en
www.daviadaparamas.blogspot.com