Ya instalados, dispuestos a dar cierre al 2011 (hermoso año que nos vio con fuerzas recorriendo nuestros sueños) con ganas de empezar un 2012 lleno de promesas, desde Colombia les contamos nuestro paso por este sorprendente país. En verdad la sorpresa no es el país sino su gente, en Colombia encontramos personas con las puertas abiertas, con el corazón completamente dispuesto a ayudar.
Entramos hace un mes por Ipiales, nuestro recorrido fue: Ipiales, Pedregal, Pasto, Popayan, Armenia, Cali (Jamundi), Medellin, Santa Marta. En la más linda íbamos junto a Pablo, Mari y Feli, y el recorrido no fue tan extenso por algo importante a saber para quien quiera visitar este país con su movilidad: el combustible y los peajes son EXECIVAMENTE caros! También se podría decir que ridículos si hacemos una relación costo peajes / estado de las carreteras, que después de las bolivianas son las peores que transitamos.
Cruzamos la frontera y recorrimos los 1° km en tierras cafeteras de noche, con la idea de descender un poco (porque nos encontrábamos en las alturas aún) para pasar la noche en un lugar más cálido. Y llegamos justo en el momento en que Lamaslinda rompió la dirección. La policía de Pedregal nos indicó que durmamos en una cancha de futbol y tratemos de llegar a Pasto al día siguiente, ya que allí había mejores mecánicos. Lamentablemente nos recomendaron gente no recomendable, que nos cobró carísimo y no arregló nada, incluso rompió mas. Los bomberos de la ciudad de Pasto nos recibieron con los brazos abiertos, ya que era de noche y no sabíamos dónde ir, y lo que iba a ser un día de hospedaje en la estación terminó siendo una semana, ya que a la combi se le rompió una cerradura (se ve que no estaba muy cómoda en este nuevo país) y las lluvias constantes cortaban a cada rato las rutas, por uno o dos días.
Pasamos unos días en Jamundí, pegado a Cali donde compartimos con una familia la noche de las velitas (8 de diciembre) y conocimos sus costumbres navideñas, ya que alumbran todo: plazas, casas, calles, puentes, ríos, todo. También aprendimos sobre música, ya que nos dieron una demostración de ritmos con baile incluído; el vallenato la rompe. Futbol con los vecinitos, un poco de río y a seguir camino a Medellín, con noche en los bomberos de Armenia, trámites en Pereira y muchos policías en la carretera que te paran a cada rato y te revisan todo, y aprovechan su supuesta situación de poder sobre nosotros, diciéndonos en varias ocasiones que la camioneta debía quedar inmovilizada. Uno llegó a decirnos que sólo nos dejaría ir si le respondíamos bien una pregunta ¿Quién fue subcampeón en el mundial 1984? En fin…
Medellín es hermoso y la gente tan amable como en todo Colombia, aunque los “Paisas” (así se llama a la gente de Medellín y la zona) tienen fama de ser muy orgullosos de su tierra, cosa que nos recordó mucho a los argentinos. Compartimos unos días con Juan, quien nos alojó por couchsurfing y nos mostró parte de la ciudad y sus tradicionales alumbrados. Después compartimos mas días con Carlos, su mamá y hermano menor, y pasamos unos días muy lindos charlando mucho y visitando museos (como el de Antioquia donde se encuentra una gran colección de Botero) y paseando en meto cable. Un sábado fuimos a la feria de San Alejo y vendimos bastantes artesanías y trufas en el parque Bolívar. Despedimos a Feli que se bajaba de Lamaslinda para subirse a un avión y regresar a Argentina a pasar las fiestas en familia y seguimos nuestro camino hacia el Caribe, de la manera más rápida posible ya que los peajes y el combustible se comieron todos nuestros ahorros y necesitábamos instalarnos a vender; además debíamos comenzar las averiguaciones para cruzar la combi por el canal.
Se nos terminó la yerba y con eso la costumbre de tomar mate al desayuno, merienda y sobremesa. Pero en Colombia nos encontramos con otra cosa: “el tinto”. No hay ciudad ni calle donde no se ofrezca uno y caminar muchas veces significa ir sintiendo ese aroma tan fuerte, penetrante y sabroso. Así le dicen al café, te lo ofrecen como un “tinto” y es increíblemente rico.
Luego de tres días de viaje, una pinchadura y el cruce de un río que se desbordó y cortaba la ruta por casi un km (Lamaslinda se la re banca) llegamos a Santa Marta donde nos esperaban unas amigas. La idea de alquilar algo juntos se desvaneció rápidamente y con Diana no estábamos para nada cómodos en la ciudad, que no nos gustó mucho. Nos había alojado en su casa Claudia, una chica muy amable a la que conocimos por casualidad y nos ayudó muchísimo, pero decidimos irnos a alguna playita de los alrededores a probar suerte. Taganga (playa más “hippie” según la gente no nos convenció y terminamos en El Rodadero, pueblo más pequeño que Santa Marta, con mas turismo y playas más lindas. Pasamos unos cuantos días durmiendo en la camioneta y conocimos muchísima gente que nos ayudó: Isabel nos presto su baño para ducharnos, Jaime y Nelson nos hicieron un contacto con un taller de combis para hacerle ver los frenos y Quile… es lo más…
¿Cosas increíbles en el viaje?
Miles. Esta es una: cómo conocimos a Quile y cuánto nos dio, de modo tan desinteresado. Un día íbamos en la combi por Santa Marta, en marcha se acercó un auto y nos dijo “¿quieren conocer el lugar mas argentino de santa marta?, Síganme!”, así que lo seguimos (con un poco de desconfianza al principio) hasta su pizzería ambientada como caminito, y después a su parrillada repleta de cosas relacionadas al futbol argentino, hasta el banderín de Atlético de Rafaela tiene colgado ahí!!!! Un fanático. Esa noche nos citó en su restaurant, nos esperaba con dos tiras de asado, papas fritas, ensalada y la camiseta de Racing puesta…
¿Cómo pasamos la navidad?
Todo se debe al fantasma de las navidades futuras, hoy ya transformado en el fantasma de las navidades presentes, que se nos apersonó con una bolsa enorme de regalos, su barba y su pelada reluciente, y para terminar de malcriarnos alquiló un departamento por tres días para pasar las fiestas relajados, y sobre todo limpios. Gracias querido fantasma! (que no queremos decir su nombre pero empieza con P y termina con ablo Monteverde)… Una visita argentina de esas que después de estar tan lejos de casa por tanto tiempo hacen una caricia al corazón y acorta las distancias.
¿ Lo que nos asombró ?
Que en Colombia (o en el pedacito de país donde decidimos pasar nuestras fiestas) NO tiran fuegos artificiales, está PROHIBIDO. Y con ello los festejos llenos de sonidos, luces y colores a los que acostumbramos desde pequeños se convirtieron en una navidad sin sonidos, luces o colores… extrañando aquellas costumbres con las que crecimos, imaginando la fiesta que estarían viviendo nuestros queridos argentinos.
Y que desde las 12 de la noche queda PROHIBIDO estar en la playa… absurdo! Pero real…
Nosotros, por nuestra parte, cerramos la noche navideña de modo único e inolvidable, jugando un partidito relajado de futbol entre amigos…
El resto de los días que quedaron del 2011 los pasamos en una playita, vendiendo artesanías como para tratar de juntar el dinerillo para cruzar el canal en barco, ya que nadie tiene los pantalones para hacer 100 km de ruta y permitir entrar a Centroamérica por tierra.
Feli pasó sus fiestas en Argentina, Pablo y Mari siguieron su camino, después de pasar nuestra navidad juntos, después de dos meses, tres meses? Quien sabe cuánto pero sin duda intenso tiempo de muchos días, semanas y lugares recorridos despediremos una vez más a dos hermosos AMIGOS que el viaje nos regalo…
Seguimos con nuestro “fantasmita navideño” y con él y otros argentinos que conocimos aquí comenzamos un nuevo año (que por lo pronto y a horas de comenzar, promete nuevas visitas muy esperadas) en un barrio muy humilde de gente sencilla pero feliz donde pudimos ver bien de cerca como vive el pueblo colombiano.
Despedimos el año con el corazón repleto de felicidad por haber llegado hasta donde llegamos, con el alma llena de fuerza para seguir hacia adelante recorriendo nuevos camino, y con todos ustedes bien cerquita nuestro.
No dejemos nuestros sueños solo en palabras o pensamientos, transformémoslos en realidad!
hola Dinai, que aventura, me estoy divirtiendo horrores con sus relatos y disfrutando mucho las fotos, los vengop siguiendo hace un tie po ya por el cara libro (facebook)...como decía Cacho Fontana en Odol Pregunta...buena suerte y adelante.
ResponderEliminarbesos .Tu Tío Postizo si se quiere. Jero.